El cojín tailandés de un cuerpo: tu oasis de relax en casa y fuera de ella

Cierra los ojos, respira profundamente y trasládate mentalmente a latitudes tailandesas. Para recrear esa sensación placentera de estar de vacaciones en tierras lejanas no necesitas mucho. Dejar fluir tus pensamientos para reponer fuerzas y desconectar de lo vivido durante el día solo requiere de una atmósfera propicia. Si te recuestas cómodamente en un lugar que favorezca tu bienestar, los pensamientos positivos vendrán por sí solos. El cojín tailandés de un cuerpo es ese espacio personal para recobrar toda tu energía interior.

El cojín tailandés de un cuerpo: el refugio para tus momentos de ocio y descanso diarios

El complemento para el hogar que, allá donde lo sitúes, traerá la serenidad asiática a tu vida cotidiana y a la de los tuyos, ya sea en el salón, en un dormitorio, en el rincón de lectura o en un cuarto infantil. Pero también al aire libre, este cojín genuinamente tailandés te resultará cómodo y práctico. El relleno natural de kapok repele el agua y aísla del frío. Por eso, el cojín demuestra toda su utilidad como asiento también en la terraza, en el jardín, en la furgo camper o en una tienda de campaña. Tanto si eres entusiasta de las culturas asiáticas o si te gusta vivir en modo minimalista, con el cojín tailandés tienes a la vez tumbona móvil, colchoneta para yoga/meditación y asiento portátil para tus viajes.

Cojín triangular de alma asiática

Con sus dibujos típicamente orientales, el cojín triangular de un cuerpo es un imán para la vista en cualquier estancia del hogar. Confeccionado a mano y muy fácil de plegar y desplegar. El secreto que late en su interior es el kapok: la fibra de los frutos de ceiba. Gracias a este relleno, el cojín nunca pierde su forma y resulta a la vez, cómodo y consistente, acompañando sin deterioro por muchísimo tiempo todos tus momentos de tranquilidad.