KAPOK: EL PRECIADO FRUTO DEL ÁRBOL DE LA CEIBA
Seamos sinceros: ¿Quién había escuchado antes la palabra «kapok»? A pesar de que los rellenos de este material vegetal son omnipresentes en los cojines y colchones de los hogares tailandeses, el conocimiento sobre esta fibra natural apenas había llegado a Europa. Una lástima, porque estos cojines tailandeses de colorido diseño y relleno de fibra de kapok valen para casi todo: son perfectos como base para descansar, leer, ver la TV, dormir en casa o fuera de ella, yoga y meditación, llevártelos en la furgo camper o autocaravana, etc., etc.
La lista de atributos positivos del kapok puede resultar casi infinita.

EL KAPOK: UNA FIBRA NATURAL CASI MILAGROSA
El kapok es transpirable
El kapok ayuda a regular la temperatura corporal
El kapok es hipoalergénico
El kapok es de origen 100 % natural
El kapok no necesita ningún tratamiento industrial
El kapok es biodegradable
La pregunta lógica que surge a continuación es: «¿Por qué nos resulta tan desconocido el kapok, si es obvio que tiene tantas cualidades positivas?»
Para la respuesta, hay que bucear en la historia. Hasta la década de 1950, el kapok era conocido en Europa y se empleaba en la industria. Pero, a partir de ahí, su difusión y utilización se perdió de golpe. ¿Por qué? Con la pujanza de los tejidos sintéticos, como la espuma de poliuretano, el poliéster y el látex, el kapok se fue dejando de utilizar paulatinamente por ser un material de relleno caro.
¡Gracias por ayudar a preservar el «pulmón del planeta»!
Como la ceiba produce más oxígeno del que se consume durante el transporte hasta el consumidor, las fibras de kapok son neutras en CO2.


Cojines tailandeses: un producto puramente natural
Para cultivar los árboles de la ceiba y obtener la fibra de kapok, no hace falta utilizar fertilizantes ni herbicidas. Al no tratarse de un monocultivo, basta con dejar que los ciclos de la naturaleza sigan su curso. En la época de la cosecha, los frutos maduros caen desde estos árboles tropicales gigantes. Incluso en un ecosistema como las selvas, las ceibas son considerados árboles gigantes. Alcanzan hasta los 70 metros en altura. Los campesinos del país recogen los frutos y los ponen a secar al sol. Ni siquiera para su procesamiento posterior hay que tratar el kapok.
Otra ventaja, dicho sea de paso, es que la obtención de kapok a partir de estos árboles que crecen de por sí en la naturaleza es una fuente segura de ingresos para los campesinos y sus familias. Y eso ya evita que los bosques tropicales húmedos en los que crecen las ceibas sean talados para cultivar aceite de palma o algodón.
Por qué resulta el kapok tan adecuado para colchones y cojines
Con una composición del 80 % de aire en su peso (!), la fibra de kapok es una de las fibras vegetales más ligeras que existen. Además, su superficie va recubierta de una fina capa de cera que repele el agua. Por ese motivo, antiguamente se rellenaban de kapok los aros salvavidas. Todos estos atributos convierten al kapok en un material de relleno ideal para colchones, colchonetas y cojines. En ellos, la superficie sobre la que dormimos siempre permanece seca. Al contrario que muchos otros rellenos de colchón, el kapok no es susceptible de convertirse en un nido de parásitos. A los ácaros y las polillas no les gusta el amargor natural del kapok, ni la elevada proporción de aire en su composición. De este modo, los colchones de kapok están bien indicados incluso para quienes sufren de alergias.