
NUESTRA FILOSOFÍA
¿Buscas algo exclusivo, que no sea un producto impersonal de fabricación industrial? En livasia encontrarás colchonetas y cojines con personalidad propia, confeccionados a mano y a precios justos. En nuestros productos primamos la calidad. Todos ellos son el fruto de una esmerada labor artesanal tailandesa. Te servimos un pedacito auténtico de cultura thai para tu uso y disfrute, siempre con variedad de colores y patrones decorativos típicamente tailandeses a elegir. Compramos directamente a los productores, evitando intermediarios, lo que garantiza una remuneración justa a las familias a nivel local y un precio justo a nuestros clientes. Así es como con el paso de los años se han ido desarrollando sólidos lazos de amistad con nuestras familias proveedoras.
Sostenibilidad
Velar por la sostenibilidad y por unas adecuadas condiciones de trabajo en la fabricación de nuestros productos es algo más que una buena intención en nuestra empresa. Todos nuestros cojines tailandeses llevan exclusivamente 100 % kapok en su relleno. Y visitamos con regularidad las instalaciones de nuestros fabricantes. ¡Para nosotros, es lo natural!
Servicio al cliente
No hay nada que apreciemos tanto como la satisfacción de nuestros clientes. Nos desvivimos por ofrecerles un servicio atento y eficaz, tratando siempre de materializar sus deseos y peticiones. Te asesoramos por e-mail con mucho gusto, también en lo referido a ideas de decoración. No dudes en consultarnos cualquier duda que tengas.


Nuestros cojines tailandeses van rellenos solo de kapok silvestre, puro y sin tratar

Como material exterior utilizamos exclusivamente algodón puro y muy duradero

Nuestros productos de kapok se cosen con doble puntada y se rellenan a mano con esmero

Precio justo garantizado gracias a la importación directa sin intermediarios

Confección sostenible y responsable

Apto para uso en exteriores: el relleno firme mantiene alejado el frío del suelo

NUESTRA HISTORIA
Somos Martin y Matthias, hermanos y fundadores de livasia. A los dos nos une nuestra pasión por Asia. Durante nuestros estudios nos enamoramos del carácter cordial de la gente en Tailandia.
Cuando Martin estuvo un semestre en Nueva Zelanda, tuvo la ocasión de recorrer Tailandia durante varias semanas. Matthias siempre había sentido fascinación por la lejana China, y acabó estudiando chino y filosofía. Así sucedió que Martin decidiera hace casi diez años estudiar la lengua tailandesa in situ. Simultáneamente, Mattias estuvo con un programa de intercambio un año estudiando en China y aprendiendo sobre el terreno los caracteres de la escritura china.
Durante un viaje por la selva subtropical de Tailandia tuvimos nuestro primer contacto con el kapok. A la mañana siguiente de pasar nuestra primera noche en un campamento en medio de la selva, nos levantamos totalmente relajados y descansados. Habíamos estado durmiendo sobre esas coloridas esterillas tailandesas.
Pero, ¿qué es el kapok?
Ahí fue cuando empezó nuestro gran asombro. ¿Sobre qué hemos estado durmiendo, y cómo han podido llegar hasta el interior de la selva esos cojines y colchonetas tan confortables? Pero las primeras respuestas, en lugar de aclarar, nos generaron más preguntas: «Habéis dormido sobre cojines tailandeses, rellenos de kapok.» «¿De kapok? ¿Y eso qué demonios es?»
Así que decidimos saciar de facto nuestra sed de conocimiento. Ese mismo día, emprendimos una caminata hasta donde crecían los árboles de la ceiba, de cuyos grandes frutos procede este «milagroso» material de relleno vegetal tan supersuave y acolchado.
Aquí tienes más información sobre el kapok ›¡No salíamos de nuestro asombro! Pero, ¿cómo es posible que ese material de relleno natural tan fabuloso no fuera conocido en Europa? En la propia selva decidimos lo que iba a ser nuestra misión: ¡tenemos que dar a conocer también en nuestro continente esta maravilla de la naturaleza!
Saliendo del cascarón como empresa
Martin regresó de Tailandia hace casi diez años. Su equipaje: un pequeño contenedor con muchos cojines. En un primer momento, almacenamos los cojines en el granero de nuestro padrastro. Pudimos convencer a nuestro padrastro, quien había cultivado como agricultor más de 100 hectáreas en el pasado, de que popularizar el kapok en Alemania era una buena idea. Evidentemente, no fue del todo fácil. Pero al final sí que nos concedió permiso para reformar los grandes pajares a fin de adaptarlos a nuestros propósitos.
Aún hoy, no dejamos de sorprendernos de los cambios que traído la globalización. En medio del campo, en una antigua explotación agrícola en la que hasta hace unas pocas décadas se había cultivado cereal al modo tradicional, había surgido una empresa de comercio online de almohadas y mobiliario asiáticos. ¡Una locura total!
Después de unos primeros años con mucha ayuda de familiares y amigos, nuestra reputación fue creciendo y pudimos convencer a más y más gente de las bondades de los cojines tailandeses y complementos de hogar asiáticos. Al cabo de este tiempo, nuestro equipo humano ha ido creciendo bastante. El escepticismo inicial hacia nuestra «misión kapok» ha dado paso a una pasión sincera por los productos asiáticos.
Pero nuestro funcionamiento como empresa sigue siendo muy «familiar». Nuestras oficinas siguen estando en el caserío agrícola de nuestro padrastro. Pero para nuestros cojines tailandeses tuvimos que encontrar pronto unos almacenes más grandes, porque cada vez más gente se enganchó al kapok.
